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SECCION

NOTICIAS Y COMENTARIOS

Retomamos la publicación de noticias e intervenciones periodísticas en relación con la polémica, incluyendo igualmente otras de este fin de semana.

MAÑANA 26 PONDREMOS PUNTO FINAL
A ESTE TEMA

ABC 25 DE SEPTIEMBRE DE 2006

El Papa aboga por el diálogo interreligioso y expresa su «estima» por los musulmanes

EUROPA PRESS | ROMA

http://www.abc.es/20060925/internacional-internacional/papa-reune-embajadores-musulmanes_200609251159.html

Benedicto XVI ha reiterado su "estima" por los musulmanes y ha asegurado que el diálogo interreligioso e intercultural entre cristianos y musulmanes "no es una elección del momento", sino "una necesidad vital de la que depende en gran parte nuestro futuro".

El Papa ha pronunciado estas palabras ante los embajadores y representantes de una veintena de países de mayoría musulmana que mantienen relaciones con la Santa Sede, en una reunión convocada tras la polémica suscitada por una palabras del Papa que los musulmanes consideraron ofensivas.

Benedicto XVI ha recibido aplausos de los presentes cuando ha comenzado a hablar, en francés, en la "Sala de los Suizos" de Castelgandolfo, su residencia de verano.

El Papa ha recalcado que desde el comienzo de su pontificado ha destacado la necesidad de seguir "consolidando puentes de amistad" con los fieles de todas las religiones y ha deseado que las relaciones "inspiradas en la confianza", que desde hace años se han instaurado entre cristianos y musulmanes, "no sólo prosigan, sino que se desarrollen en un espíritu de diálogo sincero y respetuoso".

Unidos frente a las amenazas

El diálogo debe estar basado, a su juicio, en "un conocimiento mutuo, cada vez más auténtico que, con alegría reconoce los valores religiosos comunes y, con lealtad toma nota y respeta las diferencias". El diálogo "interreligioso e intercultural entre cristianos y musulmanes no puede reducirse a una elección del momento. Se trata efectivamente de una necesidad vital de la que depende, en gran medida, nuestro futuro", ha agregado.

El Papa se ha mostrado "profundamente convencido" de que en el mundo de hoy, "es un imperativo para cristianos y musulmanes empeñarse para afrontar juntos los numerosos desafíos a los que se enfrenta la humanidad", en especial sobre la defensa y promoción de la dignidad de ser humano y sus derechos.

 

EL MUNDO 25 DE SEPTIEMBRE DE 2006

RECEPCIÓN EN CASTELGANDOLFO

El Papa insiste en la necesidad de un diálogo interreligioso ante los embajadores musulmanes

Actualizado lunes 25/09/2006 13:13 (CET)

http://www.elmundo.es/elmundo/2006/09/25/internacional/1159145161.html

AGENCIAS

ROMA.- El Papa se ha reunido en su residencia de Castelgandolfo con los embajadores de países de mayoría musulmana que mantienen relaciones con la Santa Sede. Allí, Benedicto XVI ha reiterado su "estima" por los musulmanes y ha asegurado que el diálogo interreligioso e intercultural "no es una elección del momento", sino "una necesidad vital de la que depende en gran parte nuestro futuro".

La iniciativa del Vaticano se ha producido después de la polémica causada por unas palabras del Pontífice en la universidad alemana de Ratisbona, que los musulmanes han considerado ofensivas contra su religión.

En su discurso, leído el 12 de septiembre, Benedicto XVI citó las palabras del emperador bizantino Manuel Paleólogo II, quien calificaba en el siglo XIV algunas de las enseñanzas del profeta Mahoma como "malignas e inhumanas", en particular "su orden de propagar la fe con el filo de la espada".

Esta mañana, Benedicto XVI, que fue recibido con aplausos cuando empezó a hablar en francés en la Sala de los Suizos de su residencia veraniega, ha deseado que las relaciones "inspiradas en la confianza", que desde hace años se han instaurado entre cristianos y musulmanes, "no sólo prosigan, sino que se desarrollen en un espíritu de diálogo sincero y respetuoso".

Un diálogo que esté basado en "un conocimiento mutuo, cada vez más auténtico que, con alegría reconoce los valores religiosos comunes y, con lealtad toma nota y respeta las diferencias". Sin embargo, ninguno de los diplomáticos ha podido tomar la palabra.

Aclaraciones anteriores

Antes del encuentro, que duró aproximadamente media hora, el Pontífice había explicado personalmente en dos ocasiones que "sentía mucho" que sus palabras sobre el islam y Mahoma hubieran sido "malentendidas" y reiteró que respeta profundamente a los musulmanes, monoteístas, como los cristianos.

El Papa aseguró también que esas palabras no expresan su pensamiento y que lo que pretendía era invitar al diálogo de todas las culturas y religiones.

Tras conocerse la invitación del Papa, el representante en Italia de la Liga Mundial Musulmana, Mario Scialoja, afirmó que le parecía "una buena idea para poner fin a una polémica basada en pocas palabras y sacadas de contexto de un discurso más complejo".

El Centro Islámico de Milán expresó su satisfacción por la invitación del Papa y, según precisó su responsable, Abdel Shaari, "la apertura del Pontífice para crear un diálogo entre todas las religiones es siempre bien aceptada".

Sergio Yahe Pallavicini, vicepresidente de la Comunidad Religiosa Islámica italiana, señaló por su parte que la invitación del Papa demuestra "sensibilidad" y supone "una gran ocasión de diálogo, teniendo en cuenta que coincidirá con el comienzo del Ramadan".

El embajador de Irak en el Vaticano, Albert Edward Ishmail Yelda, explicó que esperaba que hubiera un "intercambio de puntos de vista" en lugar de simplemente un discurso papal.

Por su parte, el director de asuntos religiosos de Turquía, Ali Bardakoglu, instó al Papa a no sólo reiterar que fue malinterpretado.

 

GEES 25 DE SEPTIEMBRE DE 2006

Terror global

Por Florentino Portero

Reseñas nº 67 | 25 de Septiembre de 2006

http://www.gees.org/articulo/3034/

(Del libro AL QAEDA. RAÍCES Y METAS DEL TERROR GLOBAL de Alfonso Merlos. Biblioteca Nueva, 2006. Publicado en Suplementos Libros de Libertad Digital, 21 de septiembre de 2006)

Desde el 11-S vivimos en un profundo debate sobre si estamos o no en guerra, si es posible un entendimiento con el Islam radical, sobre la posible democratización de Oriente Medio… y todo ello con una clase política y una ciudadanía carentes de una formación básica sobre la naturaleza y las características de la amenaza. Sólo seremos capaces de reaccionar si comprendemos en qué situación nos encontramos, por qué unos radicales nos han declarado la guerra y cómo podemos reaccionar para garantizar nuestra seguridad.

Estos objetivos sólo se pueden lograr si previamente la sociedad recibe una información precisa, lo que a su vez requiere la formación de los responsables políticos y de la clase periodística.

Son varias los textos ya clásicos que el lector puede encontrar en los estantes de las librerías occidentales sobre el islamismo radical. Sin embargo, no todos están traducidos, y sólo unos pocos tienen vocación de síntesis. Afortunadamente, ahora contamos con una excelente obra introductoria escrita por un español y dirigida a un público amplio.

Alfonso Merlos reunía las condiciones ideales para hacerlo. Periodista en ejercicio y profesor de relaciones internacionales en la Universidad Complutense, aúna la precisión con la capacidad de comunicar. Su escritura es fluida, y en muy pocas palabras es capaz de explicar cualquier problema sin merma de precisión ni de amenidad. Su Al Qaeda es perfectamente legible por un ciudadano de a pie, al mismo tiempo que resulta una muy útil herramienta para la enseñanza universitaria. No es un texto escrito con premura, un encargo editorial que zanjar en cuatro meses. Bien al contrario, es el resultado de años de trabajo, localizando textos y tratando de comprender los términos del debate real sobre la naturaleza de la amenaza y las estrategias más adecuadas para combatirla.

Como el lector puede suponer, la interpretación que va a encontrar en sus páginas es tan canónica, tan acorde a la posición mayoritaria entre los especialistas internacionales, como lejana del Gobierno español y su Alianza de Civilizaciones. Merlos denuncia la ignorancia en que se encuentra el ciudadano medio, resultado tanto de la falta de información como del exceso de propaganda, que le lleva a estar en la inopia, a no reconocer la gravedad de la situación y a confiar en que podemos esquivar la amenaza manteniéndonos en un prudente segundo plano. Sin embargo, un mínimo conocimiento de la amenaza islamista muestra hasta qué punto la estrategia del avestruz es perfectamente inútil. La inacción o la reacción tardía sólo agravarán el problema. Las estrategias de pacificación, como en anteriores ocasiones, envalentonarán al agresor, convencido más que nunca de la debilidad del adversario.

La obra de Merlos no sólo es una excelente introducción al islamismo radical y a la más conocida de sus organizaciones terroristas, Al Qaeda. Su bibliografía permitirá al lector adentrarse en la materia, contrastar las distintas escuelas y conocer con precisión los aspectos más complejos de este reto que surge ante nosotros y que marcará nuestras vidas durante los próximos decenios.

 

GEES 24 DE SEPTIEMBRE DE 2006

El rearme moral de Europa

Por Ignacio Cosidó

En Libertad Digital nº 887 | 24 de Septiembre de 2006

http://www.gees.org/articulo/3032/

La violenta reacción en varios países musulmanes al discurso del Papa en Alemania, y la cobarde respuesta de buena parte de la progresía europea ante esas expresiones de violencia, han puesto crudamente de manifiesto la necesidad urgente de un rearme intelectual y moral de Occidente, muy especialmente de Europa, para hacer frente al doble desafío que nos plantean nuestros enemigos externos y nuestra propia decadencia interna.

El rotundo fracaso de los regimenes árabes comunistas instaurados en la década de los 70, la opresión en la que siguen viviendo hoy muchas sociedades islámicas y el atraso generalizado que padece el mundo árabe, hace que muchos musulmanes vuelquen buena parte de sus frustraciones contra un Occidente al que acusan de todos sus males. La expresión más radical de esa frustración transformada en odio es la yihad islamista. Este movimiento, que por desgracia cuenta con muchos adeptos en las sociedades islámicas, ha declarado la guerra a un Occidente al que no sólo acusan de oprimir al mundo islámico, sino que consideran la encarnación del mal por su resistencia a someterse a sus creencias fanáticas, por su supuesta depravación moral y por su pecaminoso amor a la libertad. Este movimiento busca, a través de un uso indiscriminado del terrorismo, no sólo el aniquilamiento de nuestras sociedades, sino la destrucción completa de nuestra perversa civilización y el sometimiento de nuestros países a su proyecto totalitario y fanático.

La principal incapacidad para enfrentarnos a este formidable enemigo proviene de la propia debilidad de nuestras convicciones. Para una parte importante de la progresía europea hay una parte de razón en los radicales islamistas cuando nos acusan de ser la causa de todos sus males. Así, existe una perversa coincidencia entre la izquierda radical europea, hoy encarnada por Zapatero mejor que por ningún otro líder, y los radicales islamistas en el mundo árabe en sus críticas hacia el mundo occidental y en el cuestionamiento de algunos de sus principios más básicos.

Junto a esta debilidad intelectual y moral del pensamiento progresista, hoy también predominante en muchas sociedades europeas, existe también una importante dosis de cobardía. Así, para el neo-pacifismo europeo, también liderado por Zapatero, es siempre preferible claudicar de los principios antes que tener que enfrentarse a cualquier enemigo. Esta claudicación se disfraza de un diálogo siempre justificado por el ansía de paz, pero no puede ocultar nuestra predisposición a negociar los términos de una derrota previamente asumida.

La encrucijada entre Islam y modernidad es un dilema que sólo las propias sociedades musulmanas pueden resolver. Sin duda, Occidente debe apoyar a todos aquellos que en el mundo islámico defiendan la democracia, que apuesten por la plena igualdad entre hombres y mujeres, que aboguen por una separación entre religión y Estado y que estén comprometidos con una defensa activa de los derechos humanos en sus sociedades. Pero en definitiva, esa batalla sólo puede ser ganada por los propios demócratas musulmanes, hasta el punto de que cualquier injerencia occidental corre el riesgo de ser incluso contraproducente para la causa de quienes defienden la compatibilidad entre religión y libertad. La mayor ayuda que podemos prestar es derrotar a quienes utilizando su religión han declarado la guerra a nuestras sociedades y los principios que las sustentan.

Para lograr esta victoria sobre esta nueva forma de totalitarismo lo primero que tenemos que hacer es creer con mayor firmeza en los principios que defendemos y que están en el fundamento de nuestra civilización. La ola de relativismo intelectual y moral que invade Europa nos convierte en totalmente vulnerables ante los envites de esta nueva forma de fanatismo terrorista. Sin un rearme moral corremos el riesgo de que una Europa opulenta y decadente pueda ser derrotada por un yihadismo muy inferior en términos económicos, tecnológicos, políticos y sociales, pero que expande su proyecto totalitario con una convicción de la que nosotros carecemos para defender nuestros propios valores.

La violenta reacción en los países musulmanes a las palabras del Papa resulta sin duda inquietante, porque muestra la pujanza de las ideas más radicales en esas sociedades. Pero desde un punto de vista occidental es aún más preocupante la incapacidad de muchos europeos para defender los principios de la razón y la libertad que el Santo Padre defendió como fundamentos de nuestra propia Fe. Hay que agradecer al Papa su decisiva contribución para lograr un rearme moral e intelectual que Europa, muy en especial España, necesita con urgencia.

 

LIBERTAD DIGITAL 23 DE SEPTIEMBRE

Islamismo

Echando de menos a los musulmanes moderados

Jeff Jacoby

http://www.libertaddigital.com/opiniones/opi_desa_33457.html

El verdadero insulto al Islam no es una línea de un discurso papal o una viñeta acerca de Mahoma. Es la violencia, el terror y los baños de sangre que los fanáticos islamistas desatan en nombre de su religión.

Mientras fallecía en un hospital de Mogadiscio, la hermana Leonella perdonó a sus asesinos. Llevaba casi cuatro décadas viviendo en África y sabía hablar somalí con fluidez, pero sus últimas palabras fueron murmuradas en italiano, su lengua materna. "Perdono, perdono", suspiró.

Tenía 65 años y había dedicado su vida al cuidado de madres y niños enfermos. Estaba de camino a reunirse con otras tres monjas para comer el domingo cuando dos hombres armados le dispararon varias veces por la espalda. "Su tiroteo no fue un ataque aleatorio", informaba Associated Press. "Incrementa la preocupación" de que ella sea la última víctima del "creciente radicalismo islámico del país".

¿Incrementa la preocupación? La hermana Leonella fue abatida menos de dos días después de que un destacado clérigo somalí hubiera llamado a los musulmanes a matar al Papa Benedicto XVI por sus declaraciones acerca del Islam en una conferencia académica la semana pasada.

"Os animo, musulmanes, donde quiera que os encontréis, a dar caza al Papa por sus bárbaras declaraciones", exhortó a los fieles el jeque Abubukar Hassán Malin durante las oraciones del viernes en una mezquita de Mogadiscio. "Quienquiera que ofenda a nuestro profeta Mahoma debe ser asesinado inmediatamente por el musulmán más próximo". La hermana Leonella no era el Papa, pero presumiblemente estaba lo bastante cerca a efectos de los jihadistas locales.

Si no fuera tan enfermizo, sería ridículo: una línea del discurso del Papa sugiere que el Islam tiene un oscuro historial de violencia y los ofendidos musulmanes airean su disconformidad clamando por su muerte, lanzando bombas incendiarias contra iglesias y atacando a inocentes cristianos. Una de las ideas que Benedicto estableció en su discurso de la Universidad de Regensburg era que la fe religiosa desvinculada de la razón podía llevar al salvajismo. Esos tumultos que lo denuncian no podrían haber hecho un trabajo mejor a la hora de demostrar que está en lo cierto.

En su conferencia, Benedicto citaba al difunto emperador bizantino Manuel II, que había condenado la militancia del Islam con estas palabras: "Muéstreme lo que aportara Mahoma que fuera nuevo, y ahí solamente encontrará cosas perversas e inhumanas, tales como su orden de extender mediante la espada el credo que profesaba".

En el estallido consiguiente, los musulmanes británicos se manifestaban en los exteriores de la Catedral de Westminster con pancartas que rezan "Papa al infierno" y "el Islam conquistará Roma", al tiempo que el director de la Sociedad de Abogados Musulmanes declaraba que el Papa "tiene que ser objeto de pena capital". En Irak, el radical Ejército del Mujahidín llamaba a "aplastar las cruces en la casa del perro de Roma" y el Consejo Shura Mujahidín juraba "continuar nuestra jihad y no cejar nunca hasta que Alá nos disponga cortar vuestros cuellos". En Cisjordania, incendiarios prendían fuego a iglesias y un grupo que se autodenomina "La Espada del Islam" abría fuego contra una iglesia ortodoxa griega de Gaza y difundía una advertencia: “Si el Papa no aparece en televisión y se disculpa por sus comentarios, volaremos por los aires todas las iglesias de Gaza".

En realidad, el Papa sí se había disculpado más de una vez, destacando que las palabras que había citado "no expresan en ningún sentido mi pensamiento personal" y decía "lamentar profundamente" que los musulmanes se hubieran ofendido. El que pare o no esta estudiada agitación está por verse. Pero sólo es cuestión de tiempo que estalle la siguiente.

Esta vez fue una cita del siglo XIV de un gobernador bizantino lo que accionó –o mejor, lo que fue explotado por parte de los agitadores islamistas para detonar– las manifestaciones internacionales, las amenazas de muerte y la violencia. A comienzos de este año, fueron las viñetas acerca de Mahoma en un diario danés. El año pasado fue una noticia de Newsweek, desmentida más tarde, de que un Corán había sido profanado por un interrogador norteamericano en Guantánamo. Antes de eso fue el comentario de Jerry Falwell en 60 minutos de que Mahoma era "un terrorista". Allá por 1989 fue la publicación de la novela satírica de Salman Rushdie Los versos satánicos.

En todos los casos, el pretexto para la ira musulmana fue que el Islam había sido insultado. La libertad de expresión fue irrelevante: los alborotadores –y aquellos que los incitan– exigen que no se permita a nadie denigrar al Islam o a su profeta pero insultan de manera rutinaria al cristianismo, al judaísmo y a las demás religiones. Es un doble rasero escandaloso, pero parece que hay demasiados en Occidente dispuestos a colaborar con él. No hay más que contemplar los editoriales de los periódicos norteamericanos esta semana criticando al Papa por su discurso, o recordar la condena del Departamento de Estado a las viñetas danesas el pasado invierno.

Por supuesto, no se debería ofender gratuitamente el credo de nadie. Pero el verdadero insulto al Islam no es una línea de un discurso papal o una viñeta acerca de Mahoma. Es la violencia, el terror y los baños de sangre que los fanáticos islamistas desatan en nombre de su religión y la reticencia de la mayor parte de los musulmanes del mundo a decir o hacer algo para detenerlos.

Jeff Jacoby, columnista del Boston Globe.